LOS ABUELOS: IMPORTANCIA Y FACTORES QUE AFECTAN A LA RELACIÓN

La relación abuelos-nietos se caracteriza por un amor incondicional. Los abuelos son por tanto una fuente de amor, afecto y devoción para sus nietos. Ante la dificultad que tienen muchos padres hoy en día para atender a sus hijos (por las elevadas jornadas laborales, la incorporación de la mujer al mundo laboral, el aumento de las separaciones, los divorcios y las familias monoparentales, las dificultades económicas, entre otros), muchos abuelos muestran una alta implicación en las tareas relacionadas con el cuidado y la educación de los nietos. Asimismo, los abuelos contribuyen indirectamente al bienestar de los nietos brindando apoyo emocional y económico a sus hijos, convirtiéndose así en una pieza clave en la vida de muchas familias (Megías & Ballesteros, 2011; Morgado & Román, 2011). 

FACTORES QUE AFECTAN A LA RELACIÓN 
La relación abuelos-nietos puede verse alterada por una serie de factores. Los factores que han recibido un mayor apoyo son la distancia geográfica, el linaje, la edad (tanto del abuelo como del nieto), el sexo (tanto del abuelo como del nieto) y la relación que tienen los abuelos con sus hijos. 

1. Linaje 

La mayoría de estudios realizados hasta el momento han observado que  las relaciones que tienen los nietos con sus abuelos maternos son más frecuentes y más estrechas que las que tienen con los abuelos paternos (Castañeda et al., 2004; Kahana & Kahana, 1970; Kalish, 1983; Rico et al., 2001; Roberto & Stroes, 1992; Williams & Nussbaum, 2001).

Además, los abuelos maternos suelen compartir un mayor número de actividades con sus nietos (Castañeda et al., 2004) e intervienen con mayor frecuencia en situaciones de dificultad familiar, brindando apoyo emocional, económico e incluso ejerciendo como padres subrogados.

2. Género 

Numerosos estudios han encontrado también diferencias en las relaciones entre abuelos y nietos ligadas al género tanto del abuelo como del nieto. Diversos autores han observado una mayor implicación de las abuelas en las tareas de cuidado de los nietos así como una mayor satisfacción con el rol (Cherlin & Furstenberg, 1985; Kennedy, 1992; Pratt et al., 2008, Roberto & Stroes, 1992). Además, los nietos refieren que la relación con las abuelas es más íntima (Creasey & Kaliher, 1994), más estrecha (Kennedy, 1992; Pratt et al., 2008; Roberto & Stroes, 1992) y muestran una mayor implicación en la relación (IMSERSO, 2008).

No obstante, otras investigaciones no han encontrado diferencias en la relación, manteniendo que las diferencias residen en las distintas funciones desempeñadas por ambos.

En relación con el género del nieto, Castañeda et al. (2004) y Triadó et al. (2000) observaron que los nietos tenían relaciones más estrechas con sus abuelas, atribuyendo estos resultados al papel socializador de la mujer. Otros estudios en cambio, sugieren que las relaciones son más estrechas en díadas según el género, de manera que las abuelas tendrían relaciones más estrechas con las nietas y los abuelos con los nietos (Dubas, 2001; Rico et al., 2000). 

A diferencia de los resultados anteriores, Block (2000) no encontró diferencias ligadas al sexo y plantea que los roles sexuales en personas mayores están cada vez menos diferenciados. 

3. Edad 

La edad es otro factor que se ha relacionado con la calidad de la relación abuelos-nietos. Osuna, (2006), Rico et al. (2001) y Silverstein, Giarusso, y Bengston (1998) han encontrado una disminución en la implicación en el cuidado de los nietos a medida que avanza la edad del abuelo. Asimismo, Troll (1983) afirma que los abuelos jóvenes están más implicados en el cuidado de los nietos y emplean estilos de abuelidad más variados. En contraste, es más frecuente encontrar los estilos formal y distante en abuelos mayores (Newgarten & Weinstein, 1964).

Otros estudios no han encontrado diferencias en la implicación de los abuelos (IMSERSO, 2008) ni en las percepciones de los nietos (Rico et al., 2000) en abuelos de diferentes edades. 

Asimismo, la relación abuelos-nietos varía en función de los distintos momentos del ciclo vital en los que se encuentra el nieto (Triadó et al., 2000):
Cuando los nietos son pequeños, los abuelos muestran una alta implicación en su cuidado (Rico et al., 2000), suelen vivir más cerca de los nietos, los contactos son más frecuentes, comparten un mayor número de actividades, brindan más apoyo a los padres y los niños refieren mayores niveles de cercanía y afecto (Creasey & Kaliher, 1994).  

Una vez entrada en la adolescencia, los nietos experimentan una serie de cambios físicos y psicológicos orientados a la construcción de su propia identidad. Estos cambios implican una mayor inversión del tiempo con los pares y un distanciamiento y una desidealización de los adultos, incluidos los abuelos. De esta manera, no es de extrañar que abuelos y nietos adolescentes compartan menos tiempo juntos y que los nietos adolescentes reciban menos ayuda instrumental y muestren una menor confianza y admiración (Creasey & Kaliher, 1994). A pesar de pasar menos tiempo juntos, los nietos adolescentes siguen considerando a sus abuelos como figuras importantes en sus vidas (Attar-Schwartz et al., 2009; Creasey & Kaliher, 1994) y refieren sentirse escuchados y comprendidos por ellos (Creasey & Koblewsky, 1991). En esta etapa, los abuelos refieren desempeñar tres funciones: a) contribuir a la identidad del nieto b) actuar como mediadores entre padres e hijos y c) contribuir al desarrollo de actitudes positivas hacia las personas mayores.  

Cuando los nietos son adultos, las relaciones se caracterizan por la voluntariedad y los contactos son menos frecuentes. Sin embargo, los abuelos siguen siendo figuras significativas para los nietos adultos (Castañeda et al., 2004; Creasey & Koblewski, 1991). A veces se produce una inversión de  cuidados, donde el nieto pasaría a ser quien brinda cuidados al abuelo (Pinazo, 1999).  

4. Distancia geográfica 

La distancia geográfica entre la residencia de los abuelos y el niño es el factor que ha sido más apoyado por la revisión bibliográfica. No es de extrañar que los abuelos que vivan más cerca de los nietos tengan contactos más frecuentes con sus nietos y más facilidades para implicarse en el cuidado de los nietos que los abuelos que viven más lejos (Attar-Schwartz et al., 2009; Pinazo & Montoro, 2004; Rico et al., 2001).  
No parece ser una casualidad que los abuelos más influyentes en nietos sean los que viven más cerca. Es más, de acuerdo con Pinazo y Montoro (2004) el 47% de los abuelos favoritos de chicos de edades comprendidas entre los 15 y los 25 años viven en el mismo barrio y el 25% en la misma ciudad.

5. Calidad de la relación de los abuelos con sus hijos 

Los padres actúan como mediadores de la relación abuelosnietos, puesto que son quienes regulan la cantidad de tiempo que pasan juntos (Block, 2000). De esta manera, la relación que se establece entre abuelos y nietos va a estar condicionada en gran medida por la calidad de la relación de los abuelos con sus hijos, así como por las actitudes y expectativas de ambos. Así, los abuelos que tienen relaciones más estrechas con sus hijos suelen tener un vínculo más intenso con sus nietos y contactos más frecuentes (Albrecht, 1954; Cherlin & Furstenberg, 1985; Pinazo & Montoro, 2004).  

Este factor se ve reflejado de forma significativa en los casos de divorcio, donde un número elevado de abuelos, generalmente los abuelos cuyos hijos no tienen la custodia, pierden incluso el contacto con los nietos (Megías & Ballesteros, 2011). A medida que los nietos se van haciendo mayores la influencia de los padres disminuye aunque los nietos adultos afirman que las actitudes de sus padres siguen influyendo en la relación que tienen con sus abuelos (Rico et al., 2001). 

6. Estructura familiar 

Asimismo, las relaciones abuelos-nietos han sido estudiadas en distintas formas de familias, como son las familias biparentales, monoparentales y reconstituidas. Por ejemplo, Lussier, Kirby, Dunn, y Davies (2002) encontraron un menor contacto entre abuelos y nietos cuando el padre vivía fuera del hogar conyugal, seguidos de las familias reconstituidas, madres solteras y familia monoparental.   

La tipología familiar que ha sido estudiada en mayor profundidad es la situación de separación o divorcio de los hijos. Ante la mayor prevalencia de madres que reciben la custodia, es más probable que los niños establezcan un vínculo más fuerte con sus abuelos maternos, dando lugar a dos tipos de situaciones. Por un lado, es frecuente que el número de contactos disminuya con los abuelos cuyos hijos no tienen la custodia de los niños, incluso pueden llegar a perder el contacto de una forma definitiva. En contraste, los abuelos cuyos hijos tienen la custodia, suelen asumir un rol de soporte emocional y/o económico mucho más intenso que cuando los hijos estaban casados. En muchas ocasiones, las madres retornan al hogar de sus padres, lo que aumenta la frecuencia de contactos, el grado de implicación, sentimientos de cercanía e incluso muchos abuelos acaban asumiendo un rol de padres subrogados  (Attar-Schwartz et al., 2009). 

7. Número de orden y nacimiento de los nietos 

Diversos autores como González y De la Fuente (2008) y Kennedy (1992) han observado diferencias en la relación abuelos-nietos en función del número y orden de nacimiento de los nietos, siendo los nietos únicos y los primogénitos los que reciben más apoyos y atenciones por parte de sus abuelos. En el lado opuesto, los abuelos limitan su implicación en tiempos de crisis con los nietos más pequeños (Rico et al., 2000). No cabe duda de la heterogeneidad del rol de abuelo. Los factores que han sido descritos con anterioridad, junto con la salud del abuelo, la raza, la clase social, el estado civil entre otros, contribuyen a la explicación del porqué de algunas de las diferencias entre unos abuelos y otros.





Noriega, C. y Velasco, C., (2013). Relaciones abuelos-nietos: una aproximación al rol del Abuelo. Sociedad y Utopía. Revista de Ciencias Sociales, (41), 464-482.

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